La evaluación

Hoy me gustaría hablaros del último sobre la evaluación, que da nombre al último tema que vimos en clase con la profesora Cristina y el cual abarca elementos como los tipos de evaluación, los instrumentos que podemos emplear y el feedback


En la primera sesión, dedicada a la rúbricas, pudimos ver que son las herramientas más utilizadas en la evaluación formativa y que podrían definirse como los criterios coherentes para el trabajo del alumnado que incluyen descripciones emparejadas con la actuación o producto. Resulta indispensable que dichos criterios sean adecuados, claros, observables, distinguibles, completos y descritos en un continuo. Dicho esto, me parece conveniente recordar que podemos encontrar rúbricas que en sus descripciones cuentan con "número ocultos", lo que las convierte en baremos, otro instrumento de evaluación. Para familiarizarnos con el concepto de la rúbrica, llevamos a cabo una actividad que consistió en diseñar una rúbrica para la tarea de mediación que hubiéramos creado en el tema anterior, en el caso de mi grupo, You’re entirely bonkers! Encontré la actividad muy interesante y positiva, ya que me ayudó a tomar conciencia de que no el diseño de una rúbrica requiere mucho tiempo y reflexión. Desafortunadamente, no pudimos completarlas por falta de tiempo.

En la siguiente sesión, nos centramos en los tipos de evaluación: diagnóstica/inicial, formativa/continua y sumativa. La evaluación diagnóstica se realiza al inicio del curso con el fin de conocer el estado del diagnóstico para personalizar los objetivos y la educación de grupo en la medida de lo posible. En la EEOOII, por ejemplo, es obligatorio realizar esta evaluación inicial y para ello utilizan el Portfolio  Europeo de Lenguas, el Pasaporte Europeo de Lenguas y la Memoria de Experimentación del PEL en español de Secundaria

Una vez hayamos obtenido un diagnóstico del alumnado, tiene lugar la evaluación formativa, que monitoriza el aprendizaje del alumnado para proporcionar un feedback con el propósito de mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje. Así, la evaluación formativa le comunica al alumnado de manera personalizada en qué punto se encuentra de su proceso de aprendizaje, hacia dónde debe dirigirse y cómo.


Para conseguir una evaluación realista del alumnado, debemos recopilar tantas muestras del rendimiento del alumnado como sea posible. Dichas muestras no deben limitarse a la realización de un examen, como ocurre, por desgracia, en muchas ocasiones. Como docentes, debemos tener presente que un examen no es más que una fotografía del rendimiento del alumno en un tiempo y espacio determinados y puede estar incalculablemente influenciada por factores extraacadémicos. Teniendo en cuenta esto, es conveniente que utilicemos diferentes instrumentos de evaluación que nos permitan tener una visión global y detallada de cada estudiante. El aspecto positivo de la evaluación continua es que puede llevarse a cabo a corto plazo con actividades, a medio y a largo plazo (tareas y evaluación). También podemos utilizar otros de los instrumentos de evaluación son la observación, las charlas o entrevistas, los cuestionarios, el diario, los portfolios (como este blog) o los baremos.  Entre las estrategias que se pueden incorporar a la evaluación formativa, lo primero que debemos hacer es aclarar, compartir y comprender las intenciones de aprendizaje y los criterios de evaluación. Esto puede lograrse mediante la construcción y el uso de rúbricas, la creación de listas de errores comunes, muestras de trabajo ejemplar, emparejamiento entre feedback o evaluar tareas de cursos anteriores.



La última evaluación que llevamos a cabo es la sumativa, se realiza al final de una etapa para calificar y concluir a dónde ha llegado el alumnado y si puede pasar a la siguiente fase. En este tipo de evaluación empleamos criterios prescriptivos y entre las herramientas utilizadas destacan las rúbricas, checklists y exámenes.

La evaluación puede dar como resultado diversos tipos de feedback, por ejemplo, calificaciones, comentarios por escrito, descriptores de competencia (checklist), informes de progreso o reuniones o el screen cast. En este último caso,  el docente graba su evaluación sobre el texto escrito que aparece en pantalla. El feedback más valioso permite, como su propio nombre indica, que alumno se retroalimente de sus actuaciones y de los comentarios que las evalúan. Por eso conviene tener presente que las calificaciones pueden tener como consecuencia que el alumnado pierda interés en los comentarios de evaluación formulados, centrando toda su atención en la nota que han obtenido, así como un efecto negativo.  Ruth Butler prueba dicha influencia en su experimento, que divide tres grupos de alumnado, recibiendo el primero únicamente las calificaciones obtenidas; el segundo, al que se le proporcionaban las notas y comentarios, y, por último, el tercer grupo, que solo recibía comentarios como resultado de sus evaluaciones. Al final de la etapa, el único grupo que había mejorado notablemente sus resultados era aquel que solo había recibido comentarios, sin saber cuál era su calificación.


Asimismo, conviene crear una dinámica en la que se fomente y se naturalicen las prácticas de autoevaluación y coevaluación entre el alumnado. Aunque naturalizar estas prácticas en el aula, ambas presentan diversos beneficios. En el caso de la primera, el/la estudiante tiene que saber utilizar una rúbrica o una checklist y si interioriza su uso, puede emplearla en el desarrollo de una tarea además de en el producto final, fomentando así la responsabilidad y la adquisición de una mayor autonomía. En cuanto a coevaluación, esta permite que el alumnado esté informado, en la mayoría de las ocasiones, por un compañero o una compañera cuyo esquema cognitivo se acerca más al suyo propio. Además, esta práctica ayuda que los alumnos aprendan a criticar de manera respetuosa y constructiva a sus compañeros, ya que ellos recibirán el mismo trato, así como a aceptar las críticas del resto del grupo.




En la última actividad de evaluación, cada grupo tuvo que incorporar la evaluación formativa a  la actividad de mediación y plurilingüismo que habíamos creado, remitiéndonos una vez más a la tarea de mediación You’re entirely bonkers.  En primer lugar, nos aseguramos de que el alumnado entiende qué le pedimos en la tarea mediante la estrategia de thumbs up, a continuación les proporcionamos la rúbrica que utilizamos para la dramatización del capítulo y cada grupo la utiliza para evaluar su proceso y producto, así como la representación de otro grupo del aula que se le hay asignado. Así, el estudiantado practica la autoevaluación y la coevaluación. La rúbrica podría parecerse a esta que hemos encontrado en CEDEC, aunque necesitaríamos llevar a cabo una serie de modificaciones. Por nuestra parte, las docentes evaluamos la representación/mediación con una checklist. Conviene señalar que la comprensión lectora se evalúa a través de la producción, y la presentación oral es evaluada con un cuestionario de respuesta múltiple sobre el conjunto de capítulos representados elaborado con la aplicación Kahoot! 



Personalmente, este tema me ha parecido muy interesante y útil porque nos ha ofrecido una visión global y coherente de la evaluación, proporcionándonos instrumentos y estrategias que podemos emplear en la práctica y que amplía nuestra perspectiva de evaluación, especialmente a aquellas que estamos acostumbradas a una evaluación más tradicional basada en un examen de contenidos. No obstante, considero que, debido a la importancia de este tema, sería necesario dedicarle más tiempo.

Comments

  1. Hola Raquel!
    Me ha parecido muy interesante tu entrada, muy completa y sintetizada. Estoy de acuerdo contigo en que muchas veces el profesorado se centra en evaluar solo con exámenes, en los que un buen resultado está ligado a la capacidad memorística del alumno/a, a su rapidez plasmando los conocimientos en un folio, a su capacidad para no ponerse nervoso o mismo, a su estado de animo ese día. Sobretodo en el aula de lenguas extranjeras debemos poner en práctica otros métodos e instrumentos de evaluación, con los que podamos evaluar distintas habilidades y conocimientos del alumnado, no solo si recuerdan la lista de vocabulario de la unidad. Además, como muy bien dices en la entrada, proporcionarle feedback al alumno/a es esencial para que pueda mejorar. Corregir un examen calificándolo con una nota es ineficaz y muchas veces contraproducente si la nota es negativa, ya que podría afectar a la autoestima y motivación del alumno/a. Con el fin de conseguir unos mejores resultados de aprendizaje, es más beneficioso explicarle al alumnado en qué ha fallado y en qué puede mejorar para que sea capaz de corregir sus errores y no los cometa en un futuro.

    ¡Un saludo!

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